El ahorro de un Estado no es más que el mismo dinero que las personas ganan por sí mismas, por lo que el dinero que gasta el Estado es el mismo dinero que nosotros los colombianos aportamos mediante impuestos, entonces, los responsables de cualquier compromiso del Gobierno de turno es con nuestra plata.
Bogotá D.C. 16 de abril de 2020
La reforma pensional anticipada por el decreto 558 de 2020
El ahorro de un Estado no es más que el mismo dinero que las personas ganan por sí mismas, por lo que el dinero que gasta el Estado es el mismo dinero que nosotros los colombianos aportamos mediante impuestos, entonces, los responsables de cualquier compromiso del Gobierno de turno es con nuestra plata. El decreto que emerge en este momento frente al tema pensional en Colombia, no es más que la misma reforma pensional que tenía el gobierno lista para sacar en esta legislatura, pero frente a la coyuntura mundial ahora muestra los dientes en este decreto presidencial, traduciendo básicamente que el Régimen de Ahorro Individual con Solidaridad que administran los fondos de pensiones privados, no es lo suficientemente robusto para perpetuarse en el modelo económico colombiano, y demuestra que el único sistema viable y que responde a las necesidades de sus ahorradores, es el régimen de prima media con prestación definida que administra COLPENSIONES. Expliquemos qué significa eso: Las AFP administran los aportes de los colombianos afiliados a ese régimen pensional, cobrando un porcentaje de comisión durante la etapa de acumulación, y ahora que viene la etapa del pago, amparados en una coyuntura, endosan su responsabilidad a pesar de haber usufructuado durante mucho tiempo del dinero de los aportes de los ciudadanos afiliados al RAIS. La modalidad de retiro programado tiene implícito un riesgo financiero, porque los recursos de capital que lo conforman son administrados por las AFP en portafolios invertidos en activos de mercado, esto quiere decir, que la volatilidad de los mercados afecta esa plata, que sirve para repartirla en el tiempo que esté activo el ciudadano y sus eventuales beneficiarios. Al conocer la existencia de ese riesgo, deberían las aseguradoras contratadas por las AFP entrar a responder por el faltante de esos recursos, pero al no encontrar respuesta por verse afectadas también por la situación de la pandemia, automáticamente le dicen al Gobierno “responda Usted, nosotros no podemos y le giramos una platica”, que en carta blanca está entre 4.5 y 5 billones de pesos, que son dinero en efectivo y títulos de deuda pública y de tesorería, que resultan de un cálculo actuarial, pero ese dinero no va para el COLPENSIONES sino para los fondos de reserva que administra COLPENSIONES.
¿Qué asumimos los colombianos? - Sobrecosto administrativo y riesgo financiero - Un traslado de recursos financieros que no es claro si cubre todas las mesadas pensionales de los aproximadamente 20.000 pensionados y sus beneficiarios. - Esta misma situación se presenta con el fondo que respalda las anualidades vitalicias de los BEPS, servicio social complementario y que hace parte del sistema de protección a la vejez, además de cubrirse con recursos estatales fijados por el decreto 565 de 2020 NOSOTROS LOS COLOMBIANOS DE NUEVO TENDEMOS LA MANO AL SECTOR FINANCIERO, COMO EN LA CRISIS DE 1998 Y, ¿QUÉ RECIBIMOS A CAMBIO?
